Archivo.-El presidente del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, y el presidente de VOX, Santiago Abascal, han mantenido este martes 5 de agosto una reunión en el Congreso de los Diputados, de cara a la sesión de investidura que se celebrará el martes 26 y el miércoles 27 de septiembre, con Feijóo como candidato a la presidencia del Gobierno. / Fuente: Congreso de los Diputados

Vox se crece en su apología del franquismo ante una parte del PP atrapada en la nostalgia

Las formaciones lideradas por Feijóo y Abascal no participaron el 16 de diciembre en el primer homenaje oficial que el Congreso brindó a las víctimas de la dictadura

Las formaciones lideradas por Feijóo y Abascal no participaron el 16 de diciembre en el primer homenaje oficial que el Congreso brindó a las víctimas de la dictadura

En 2025 se celebrarán 50 años del fallecimiento del dictador Francisco Franco, y el Gobierno ha declarado su propósito de recordar el medio siglo de libertad que resultó en su muerte. Como informó Público, el Ejecutivo tiene como objetivo principal promover la pedagogía entre los más jóvenes, quienes están más expuestos que nunca a una versión alternativa de la historia de España en las redes sociales, donde los bulos se difunden como la pólvora, se reinterpreta la realidad y se genera un nuevo estado de opinión. La principal ganadora, la extrema derecha.

Por esta razón, Vox, según publica Público, en respuesta a la ofensiva gubernamental, ha decidido intensificar su alabanza del franquismo. El 26 de noviembre, en la discusión sobre la votación del nuevo presidente de RTVE en el Congreso de los Diputados, Manuel Mariscal, un diputado de extrema derecha, defendió que «gracias a las redes sociales, muchos jóvenes están descubriendo que la fase posterior de la Guerra Civil no fue sombría, como este Gobierno nos falsea, sino una fase de reconstrucción, de avance y de reconciliación para alcanzar la unidad nacional». Estas afirmaciones se eliminaron del libro de sesiones.

Dos días después, fue Juan José Aizcorbe, su colega de escaño, quien acusaba al Gobierno de intentar «imponer por ley la interpretación» de la Guerra Civil «promoviendo una lectura de la contienda española como una suerte de buenos buenísimos y malísimos, con una ensoñación de un bucólico e imaginario paraíso republicano inexistente, donde campaba una democracia plena y una patulea de militares fascistas que lo destruyeron a sangre y fuego». Entonces, Francina Armengol, la presidenta del Congreso, se presentó y comunicó a Vox que no toleraría que se realizara «apología del franquismo» en el Parlamento.

Causa al PSOE

Sin embargo, una semana más tarde, Juan García-Gallardo, antiguo vicepresidente del Gobierno de Castilla y León y actual líder de Vox en esa región, volvió a respaldar la dictadura franquista en un pleno judicial. «De los 145 años de historia criminal [refiriéndose al PSOE] solo se vio interrumpida durante 36 años que ustedes no pudieron robar. ¿Adivine usted qué años fueron esos?», preguntó en una clara referencia al período que abarcó el franquismo. Al día siguiente, Santiago Abascal, desde Argentina, defendía ante el foro mundial de ultraderechismo CPAC que el PSOE había cometido «cosas terribles» como «provocar guerras civiles».

A pesar de que en Vox no son inusuales este tipo de declaraciones sobre una dictadura que según los historiadores causó 150.000 muertes, la nitidez con la que se expresó, principalmente, el diputado Manuel Mariscal en el ámbito parlamentario activó las alertas. En la presidencia del Congreso, en el Gobierno y también en la oposición, aunque por motivos distintos. El Partido Popular aspira a eliminar al franquismo del debate público y muestra incomodidad ante las intenciones de Pedro Sánchez de promover una agenda de eventos conmemorativos para el próximo año.



El PP, atrapado

Al igual que en otros temas de índole ideológica, el Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo se encuentra «atrapado», de acuerdo con fuentes populares, entre la izquierda y la derecha extrema. Por esta razón, Feijóo ha optado por avanzar y criticar de esta manera los sucesos que el Gobierno organiza en respuesta a la muerte de Franco: «Ellos, con su amargura a volver a los años cuarenta, cincuenta, sesenta y los setenta… ¡Qué pereza dan!» De acuerdo con el líder nacional del PP, en el Ejecutivo se comportan como «nostálgicos del enfrentamiento entre españoles».

En un diálogo cotidiano con reporteros esta semana, Feijóo sostuvo que él «celebra» la democracia y que «lo lógico» sería conmemorar el aniversario de la Constitución de 1978 en 2028. Fuentes de su cúpula aclaran que su total reconocimiento y condena a la dictadura franquista no perciben que esto provoque división en la sociedad, pero insisten en que Sánchez lo acelere para «desviar la atención».

En 2019, como recoge Público, cuando el Gobierno de Sánchez exhumó las cenizas del dictador de Cuelgamuros, Feijóo, en ese momento líder de la Xunta de Galicia, también puso en duda la medida como todo su partido político. Sin embargo, nunca había sido tan categorizado como en este momento. Así, sigue la senda trazada por Isabel Díaz Ayuso, la primera líder del PP en cuestionar los planes gubernamentales, quien llegó a afirmar que Sánchez «ha enloquecido» y «ha decidido quemar las calles y provocar violencia». Ayuso ha denominado al 2025 como el «Francaño» y todo el Partido Popular está decidido a adoptar esta ironía para prescindir de las celebraciones.

Adicionalmente, PP y Vox no participaron el 16 de diciembre en el primer tributo oficial que el Congreso brindó a las víctimas de la dictadura franquista.

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